lunes, 4 de octubre de 2010

Discurso pronunciado por el Gobernador Emilio González Márquez, durante cóctel de bienvenida a los delegados de la conferencia de la UIT


Muchas gracias, muy buenas noches.

Queridas amigas, amigos.

Hace 200 años, aquí en Guadalajara, se produjo un gran salto cualitativo en la historia, cuando Miguel Hidalgo, el Padre de la Patria, decretó, por primera vez en América, la abolición de la esclavitud.

Hoy, aquí en Guadalajara, ustedes están llamados a contribuir para dar un nuevo gran paso en el avance de la humanidad hacia un mejor futuro: Un futuro de mayores libertades, solidario, de más igualdad, de más justicia, de una mejor calidad de vida para los hombres y mujeres de todas las naciones.

Sabemos que se necesitan más comunicaciones para alcanzar más desarrollo. De las decisiones que aquí se tomen dependerá la comunicación de casi 7 mil millones de habitantes de nuestro planeta, y de esa comunicación dependerán a su vez, en buena medida, sus oportunidades de progreso.

Pero no es sólo el acceso a la información lo que detonará el verdadero desarrollo de los pueblos, ni es la sola presencia la garantía del bien común; el establecimiento de nuevas formas de comunicación entre las personas y entre las naciones, debe llevarnos a una mayor capacidad para dialogar, para entendernos mutuamente, para comprender que, a pesar de las distancias que nos separan y de nuestras diferencias culturales, es más lo que nos une que lo que nos divide.

Es momento de avanzar, unidos, en la defensa de la dignidad humana, en la lucha contra la marginación, contra el hambre, contra la ignorancia, contra la enfermedad y el abandono.

El avance de las telecomunicaciones debe reflejarse en un futuro con mayor esperanza para todos.

Sí ustedes los líderes mundiales de telecomunicaciones son capaces de llegar a acuerdos, entonces hay esperanza; sí ustedes toman en cuenta a los más débiles, a los pobres, a los excluidos y marginados; entonces habrá esperanza; sí ustedes los líderes mundiales demuestran que no es el dinero o el poder, sino el hombre el motor de su actividad, entonces hay esperanza.

Díganos que el hombre no es el lobo del hombre; díganos que esta no es una Torre de Babel, sino una muestra de la comunidad internacional que tiene esperanza; díganos con su testimonio y su trabajo que el mundo puede ser mejor.

Estoy seguro de que aquí, en Guadalajara, ustedes alcanzarán los acuerdos necesarios para construir ese futuro que anhelamos.

Gracias a la UIT por hacer de Jalisco sede de su conferencia.

Les reitero el gusto que nos da ser sus anfitriones.

Enhorabuena y mucho éxito en sus actividades.

Muchas gracias por su atención.

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