viernes, 8 de octubre de 2010

Discurso pronunciado por el Gobernador Emilio González Márquez durante la Segunda Cumbre Iberoamericana de la Familia


Por principio de cuentas el viejo adagio ya muy trillado, familia, célula básica de la sociedad. Es una realidad que luego entonces si existe una sociedad en la que no estamos completamente de acuerdo es porque desde nuestras familias las hemos formado así.

Y si nuestra sociedad es egoísta es por que hemos creado familias en donde el egoísmo es uno de los criterios centrales; si tenemos una sociedad violenta es porque al interior de nuestras familias, de los papás hacía los hijos, del esposo hacía la mujer existen situaciones de violencia toleradas o incluso fomentadas. Si tenemos una sociedad que por momentos se manifiesta en desorden es porque al interior de nuestras familias así nos hemos formado, si tenemos una sociedad materialista es porque hemos privilegiado el dinero, es porque hemos privilegiado el bienestar por encima del bien ser.

Y si tenemos una sociedad tecnificada es porque hemos puesto toda nuestra atención solamente en el desarrollo y en el avance de ciencias y tecnologías que nos permitan incrementar el bienestar y no de ciencias y tecnologías que nos permitan fortalecernos en el bien ser.

Hay una… la respuesta a todo esto no es por supuesto proponer familias diferentes y que se aíslen de la sociedad para no recibir una influencia que pudiese trastornar, es al revés, la propuesta es definir lo que queremos como sociedad y como familia porque no son cosas diferentes, lo que decidamos como sociedad tiene que ir desde la familia, lo que queramos desde la familia tenemos que procurarlos también en nuestra actividad social.

La respuesta no es la que nos ofrece la sociedad de formar en valores, yo cuando escucho formar en valores me acuerdo mucho del Perro de Pávlov, se acuerdan del Perro de Pávlov, le ponían el plato con la comida, cuando el perro veía la comida el sonaba la campanita y el perro generaba salivación y formaba a través de un conductismo clásico de estímulo y respuesta, la respuesta adecuada.

Me parece que si nos quedamos solamente en la propuesta de formar en valores estaremos limitando la visión y el alcance, porque aunque ustedes no lo crean también los grupos delictivos forman en valores, también los grupos delictivos creen en el trabajo, también ellos creen en el orden, también ellos creen en el respeto, los grupos delictivos también forman en valores.

Luego entonces formar en valores no es suficiente, formar en valores no es la respuesta total a lo que tenemos que hacer y siendo la familia la respuesta a los problemas de la sociedad ¿Cuál es entonces la propuesta de lo que tenemos que hacer?

Lo que tenemos que hacer es mucho más radical, no es formar autómatas desde la casa, es formar desde la familia en el amor, y esto, esto sí es radical, porque formar en el amor no lo hacen los grupos delictivos, ellos forman en la disciplina, sí, forman en la limpieza, forman en el trabajo, forman incluso en el respeto pues no se andan matando cuando alguien no respeta los límites territorios de un grupo delictivos, forman en la lealtad, pues que no se andan matando al que traiciona a los de su grupo.

No, formar en valores como autómatas, como lo hizo Pávlov, no es a mí entender la propuesta que debe surgir de una cumbre como ésta, y nos vamos, entonces, a formar en el amor, que es la expresión más general y más profunda, y que ahora en estos tiempos de modernidad nos da miedo utilizar la palabra, y entonces decimos “vamos formando en la solidaridad, vamos formando en la justicia”. Está bien, son expresiones de lo mismo, de este formar en el amor.

Y si queremos una sociedad sin violencia, sin miseria, una sociedad sin marginación, sin ignorancia o por lo menos atemperadas, todas las acciones tienen que ser consecuencia de esta formación en el amor.

Y ¿Cómo se hace? Ahí está el problema, porque para formar en valores, sólo necesitamos un papá, una mamá, un maestro, un líder social o religioso, insistentes, que regañen, que nos metan dentro de un código de conducta, que nos digan lo que está bien y lo que está mal. Bueno, eso es formar en valores, a final de cuentas es reducir toda la concepción del hombre a un código de conducta de lo que está bien y lo que está mal, eso es limitado, la persona es mucho más que eso.

¿Cómo se forma en el amor? Amando; ¿Cómo se forma en el amor? Dándose, entregándose a los demás; ¿En dónde se forma en el amor? Primero en la casa, en la familia, en donde los hijos aprenden que los papás, antes que su comodidad, antes que su deseo de bienestar, ven a los papás dándose para el bien ser e incluso el bienestar de sus hijos.

Y en la sociedad ¿Esto podría ser diferente? No veo cómo. Si funciona para la familia, debe funcionar para la sociedad. Y ¿Qué quiere decir entonces? Que debemos dejar de etiquetar a las personas como buenos y malos; que debemos dejar de etiquetar a las personas como los que se parecen a lo que yo creo que está bien y por lo tanto estoy con ellos; que debemos dejar de etiquetar a las personas y reconocerlos como lo que son, personas, y en ese entorno, con ellos, hacer la transformación.

Cuando estudiábamos primaria y nos definían lo que era sujeto, verbo, predicado, ¿se acuerdan? O sujeto, verbo y complemento; sujeto y predicado, y todas las partes de la gramática, que no sé si se sigan estudiando, pero cuando decían ¿Qué es verbo? Verbo es todo lo que denota acción, pasión o movimiento. Yo no sé si es una definición superada, pero ésa es la definición en la que yo estudié.

Y, amar es verbo, y no puede quedar solamente en la reflexión de lo mal que está la sociedad y lo bien que está mi familia. Si éste es el propósito de esta reunión, no funcionó, porque ese amar es verbo, y el verbo es acción, y esa acción tiene que trascender; esa pasión y ese movimiento tienen que trascender al interior de nuestras familias.

No sé si hayan escuchado ustedes un grupo o una banda de rock que se llama “El Tri” ¿La han oído?, sí, ¿No se escandalizan de eso?, ¿No?, bueno. Tiene muchas canciones muy buenas, Alex Lora, y hay una canción que se llama “Los niños sin amor”, ¿La han escuchado? Yo le digo a “Ime” (Imelda Guzmán De León), que esa canción debería ser el himno del DIF y no luego unas canciones tan fresas que nos ponen, en donde todo es rosa y todo es bonito, no es cierto, no es cierto.

La realidad se parece más a la canción de El Tri, de “Los niños sin amor” que a la “Vida es rosa” o ¿Cómo se llama?, “La vida en rosa”, aquella de, ¿Quién era?, de Edith Piaf. La vida se parece más a lo que canta El Tri, que a veces lo que queremos apreciar de la realidad.

Y ¿Qué dice Alex Lora en esa canción? “Ese niño con más derechos que tú y que yo, aprendió que para comer tiene que trabajar, porque ese niño no conoce el amor. Ese niño que vive en un callejón y que aprendió a defenderse de los demás, lo hace porque ese niño no conoce el amor”.

Y miren un rockero hablando de amor, cuando reflexionemos sobre esto, talvez habría que puntualizar solamente lo que se entiendo por amor, pero si Alex Lora habla de amor, no nos escandalicemos, que no nos dé miedo, que esto que es lo que verdaderamente mueve, o debería mover a nuestra acción sea la base de nuestra sociedad.

Entonces sí transformemos a nuestra familia con amor, y si nuestra familia es de una mamá soltera y un hijo, esa es una familia y ahí debe el amor ser quién se convierta en el motor de todo; y si la familia es de una mamá abandonada porque el papá se fue a trabajar, también debe ser el mismo motivo; y si algunos no tienen ya papá o no tenemos papá, o si tenemos pero ya está en otro lado, en el cielo, también eso es familia; en dónde quiera que exista esto.

Yo sí, bueno para mí sí matrimonio si es un hombre y una mujer, porque qué quieren uno es a la antigüita y uno es así, el otro todavía como dicen “no le he perdido el asquito” a aquello.

Déjenme terminar, el amor es acción, es pasión, es movimiento, es verbo, sino trasciende a tu familia es rollo; sí tu deseo de transformar la sociedad no se traduce en cosas especificas para ir a la calle, por ese niño que dice Alex Lora “que no conoce el amor”, porque es un niño abandonado por su familia y por su sociedad, en dónde tú y yo somos responsables, entonces todo habrá sido en vano.

Mi invitación y mi reflexión es a que sigamos empeñados en transformar nuestra sociedad, los que tenemos una responsabilidad pública que lo hagamos desde la educación, desde al salud, desde la cultura, desde el deporte, desde la asistencia social; pero sobre todo junto con ustedes que lo hagamos desde nuestra persona, dándonos a los demás para verdaderamente a través del amor transformar nuestra realidad.

Felicito a la Unión Nacional de Padres de Familia por esta iniciativa, y si me permiten, vamos a la parte formal.

Siendo las 9 horas con 45 minutos del 8 de octubre del 2010 declaro formalmente inaugurada la Segunda Cumbre Iberoamericana de la Familia, espero que el trabajo reflexivo de esta Cumbre rinda frutos para hacer de nuestra sociedad un lugar más humano y más justo.

En hora buena y mucho éxito.

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