Uno de los proyectos seleccionados por el Programa de Apoyo a las
Culturas Municipales y Comunitarias (PACMYC Jalisco) en su emisión 2011, fue “Tierra de colores: Riqueza ambiental de la
Sierra de Tapalpa” una idea y dirección general de Jorge Arturo Martínez
Ibarra.
Con un apoyo económico de 50 mil pesos, el becario realizó un documental
en el que captura testimonios de productores de pan, dulces, artesanías,
vestuarios, lácteos, entre otros, que, en una lucha por no emigrar a otras
tierras, idean formas de trabajo que les genere un sustento cotidiano.
Martínez Ibarra realizó su investigación en la Sierra de Tapalpa,
Jalisco, que se conforma de municipios con gente trabajadora, productiva y
llena de esperanzas de vivir mejor y hacer de su tierra el lugar ideal para
permanecer y morir ahí.
Familias enteras, se dedican a producir dulces, artesanías y hasta
tacos, muchos de ellos, como parte de una tradición familiar que comenzó con
los abuelos o bisabuelos y se aferran a su trabajo, a sabiendas que ceder, es
sinónimo de desenraizarse.
Ante la amenaza de un mundo globalizado, que cada vez aprecia menos las
labores de la tierra, por ejemplo, el autor de este proyecto entrevistó a
pequeños agricultores, que afirman que cosechar maíz no es lo más redituable,
pues las ganancias obtenidas en las más de las veces, se emplean en pagar
fertilizante y el pago de la mano de obra no se recupera.
Ansiosos de que lleguen a sus municipios programas de apoyo
gubernamental, las comunidades jaliscienses de Lagunillas, Municipio de
Atemajac, de Brizuela, Atacco y San Antonio, ambos, Municipios de Tapalpa, un
grupo de mujeres han desarrollado ideas tales como la “Farmacia Viviente”
(Atacco, Tapalpa), un producto a largo plazo, en el que aprovechan recursos
propios como hierbas del lugar para
hacer jarabes, pomadas y cremas, con la mira de incluir en un tiempo más, la producción
de shampoo, masajes y temazcales.
En el caso de la “Farmacia viviente” como en el de la producción de
artesanías de Ocochal, que se producen en Atemajac de Brizuela, sus
realizadores afirman que la principal fuente de consumo son los visitantes, ya
que los propios valoran menos la mano de obra y pagan poco, lo que ocasiona que
la pequeña industria del lugar no crezca.
El documental contó con el financiamiento del PACMYC de Jalisco, el apoyo
del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), Secretaría de
Cultura de Jalisco (SCJ) a través de la Dirección General de Vinculación
Cultural y participaron en su realización la Asociación Civil Comunidad en
Desarrollo Alternativo (CENDA, A.C.), así como la Universidad de Guadalajara a
través del Centro Universitario del Sur (CUSUR).
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