Sergio Zepeda, reconocido académico, artista y promotor de las artes plásticas en la ciudad, mostró otra de sus facetas el día de ayer durante la presentación de su libro De mis hojas sueltas, que se realizó en la Capilla Elías Nandino del Ex Convento del Carmen, en el marco del programa Miércoles Literarios, que organiza la Dirección de Literatura de la Secretaría de Cultura de Jalisco.
De mis hojas sueltas, es un libro de relatos breves, donde el autor comparte con los lectores anécdotas de su vida desde la niñez hasta su labor como promotor de las artes plásticas en Guadalajara.
Durante la presentación, Sergio Zepeda, acompañado por José María Muriá y Abel Salgado, comentó que los relatos que aparecen en el texto son recuerdos que quiso conservar y que fueron una parte muy significativa en su vida.
Por eso, en estas narraciones, dijo el autor, aparecen personajes como el peluquero, el sastre, la tienda de barrio, la botica, la escuela y muchas otras cosas de “una Guadalajara que ya no existe” y de la que deja constancia en este libro.
Además, comentó que De mis hojas sueltas habla de gente que de alguna forma influyó en él y que difícilmente van a ser incluidos en la historia oficial, por lo que, comentó, merecen estar en un capítulo de un libro para que alguien los lea y se de cuenta de su existencia y de su relación con él y con la ciudad.
Por su parte, Abel Salgado señaló que en el ser humano la memoria significa aprendizaje y Sergio Zepeda ha dejado en este libro un testimonio de una vida de aprendizaje que a través de sus páginas comparte con todos. Además comentó que los relatos dejan en claro la “sapiencia cultural y científica” que al autor acumuló durante toda su vida.
Sobre el texto, Abel Salgado dijo que es de una prosa sencilla y accesible, con relatos “trágico-cómicos donde muestra al hombre en su dimensión más humana” y que permite al lector transitar por la ciudad de antaño entre frases y palabras que le dieron identidad a muchos tapatíos contemporáneos de Zepeda.
Finalmente José María Muriá señaló que el libro cuenta con una estructura sólida que presenta la Guadalajara de Zepeda y que por estar escrito de una manera sencilla “que no por sencilla fácil”, aclaró, es un texto que se lee con gusto y que a través de narraciones de vida, propias y ajenas, permite el fortalecimiento de la identidad de los tapatíos y que se une a la historia no oficial de Guadalajara.
De mis hojas sueltas, es un libro de relatos breves, donde el autor comparte con los lectores anécdotas de su vida desde la niñez hasta su labor como promotor de las artes plásticas en Guadalajara.
Durante la presentación, Sergio Zepeda, acompañado por José María Muriá y Abel Salgado, comentó que los relatos que aparecen en el texto son recuerdos que quiso conservar y que fueron una parte muy significativa en su vida.
Por eso, en estas narraciones, dijo el autor, aparecen personajes como el peluquero, el sastre, la tienda de barrio, la botica, la escuela y muchas otras cosas de “una Guadalajara que ya no existe” y de la que deja constancia en este libro.
Además, comentó que De mis hojas sueltas habla de gente que de alguna forma influyó en él y que difícilmente van a ser incluidos en la historia oficial, por lo que, comentó, merecen estar en un capítulo de un libro para que alguien los lea y se de cuenta de su existencia y de su relación con él y con la ciudad.
Por su parte, Abel Salgado señaló que en el ser humano la memoria significa aprendizaje y Sergio Zepeda ha dejado en este libro un testimonio de una vida de aprendizaje que a través de sus páginas comparte con todos. Además comentó que los relatos dejan en claro la “sapiencia cultural y científica” que al autor acumuló durante toda su vida.
Sobre el texto, Abel Salgado dijo que es de una prosa sencilla y accesible, con relatos “trágico-cómicos donde muestra al hombre en su dimensión más humana” y que permite al lector transitar por la ciudad de antaño entre frases y palabras que le dieron identidad a muchos tapatíos contemporáneos de Zepeda.
Finalmente José María Muriá señaló que el libro cuenta con una estructura sólida que presenta la Guadalajara de Zepeda y que por estar escrito de una manera sencilla “que no por sencilla fácil”, aclaró, es un texto que se lee con gusto y que a través de narraciones de vida, propias y ajenas, permite el fortalecimiento de la identidad de los tapatíos y que se une a la historia no oficial de Guadalajara.
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