Como parte de los trabajos permanentes de monitoreo, supervisión y análisis científico de la actividad del Volcán El Colima que lleva a cabo el Gobierno del Estado de Jalisco a través de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos, el día jueves 18 de marzo, se realizó un sobrevuelo de observación del cono volcánico de dicho coloso a bordo del helicóptero “FENIX”, de esta dependencia.
La operación permitió la observación directa y la producción de material fotográfico que hacen posible realizar mediciones y comparaciones, con el fin de analizar el comportamiento del domo volcánico que inició su crecimiento a partir de febrero de 2007 y estimar las medidas precautorias pertinentes para salvaguardar a la población asentada en las cercanías del volcán.
El sobrevuelo y el permanente monitoreo del volcán desde el Observatorio Vulcanológico, han permitido constatar el dinamismo que se presenta en la cima del volcán, asociado principalmente a la evolución del Domo. Si bien, no se observan cambios en su altura y cobertura de la superficie del cráter, las cuales se mantienen en lo general con las características de lo observado en el sobrevuelo del 24 de febrero, si se observa una evolución en el tamaño del frente de lava generado en el sector oeste del domo.
Como característica principal de lo observado en este sobrevuelo, se destaca este desarrollo del frente de lava que se había detectado desde el último sobrevuelo, el cual ha aumentado su volumen y que además es la principal fuente de generación de derrumbes desde la cima del coloso, con un desplazamiento principalmente hacia la Barranca de la Lumbre en el sector oeste del volcán.
Los constantes derrumbes de material rocoso perteneciente al domo, que representan en promedio 45 eventos por día, son provocados principalmente por la extrusión (salida) de material lávico combinados con los efectos propios de la gravedad, así como por eventos exhalativos, que en promedio se registran seis al día y que han alcanzado un promedio de 500 metros de altura sobre el nivel del cráter, sin que esta actividad haya generado hasta el momento afectaciones en los poblados aledaños por caída de ceniza, lo que de igual manera indica que el Volcán Colima no ha registrado cambios en su patrón de actividad con respecto a los últimos meses.
Es importante señalar que la historia reciente de la actividad volcánica asociada al crecimiento de domos en el Volcán El Colima, sugiere la posibilidad de eventos explosivos de baja magnitud en un futuro no lejano, por lo que el semáforo se mantiene en alerta (amarillo), continuando vigente la zona de exclusión que comprende un radio de 7.5 kilómetros en torno al cráter.
La actividad actual del coloso no representa un riesgo para la población asentada alrededor del volcán, sin embargo debido a que estarían generándose derrumbes en el sector oeste (hacia Zapotitlán de Badillo), se mantendrán las tareas de difusión hacia la población civil, a fin de evitar la incertidumbre en la población debido a que este tipo de fenómeno ocasiona la caída de polvo y ceniza volcánica en la zona.
La Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos insiste en las recomendaciones a la población a través de los medios de comunicación, para que definitivamente se evite acampar en laderas o barrancas y en las cercanías del volcán, además se continúa en alerta y en permanente vigilancia de la actividad del volcán para reaccionar de manera inmediata ante alguna eventualidad, en coordinación con el Comité Científico Jalisco-Colima.
La operación permitió la observación directa y la producción de material fotográfico que hacen posible realizar mediciones y comparaciones, con el fin de analizar el comportamiento del domo volcánico que inició su crecimiento a partir de febrero de 2007 y estimar las medidas precautorias pertinentes para salvaguardar a la población asentada en las cercanías del volcán.
El sobrevuelo y el permanente monitoreo del volcán desde el Observatorio Vulcanológico, han permitido constatar el dinamismo que se presenta en la cima del volcán, asociado principalmente a la evolución del Domo. Si bien, no se observan cambios en su altura y cobertura de la superficie del cráter, las cuales se mantienen en lo general con las características de lo observado en el sobrevuelo del 24 de febrero, si se observa una evolución en el tamaño del frente de lava generado en el sector oeste del domo.
Como característica principal de lo observado en este sobrevuelo, se destaca este desarrollo del frente de lava que se había detectado desde el último sobrevuelo, el cual ha aumentado su volumen y que además es la principal fuente de generación de derrumbes desde la cima del coloso, con un desplazamiento principalmente hacia la Barranca de la Lumbre en el sector oeste del volcán.
Los constantes derrumbes de material rocoso perteneciente al domo, que representan en promedio 45 eventos por día, son provocados principalmente por la extrusión (salida) de material lávico combinados con los efectos propios de la gravedad, así como por eventos exhalativos, que en promedio se registran seis al día y que han alcanzado un promedio de 500 metros de altura sobre el nivel del cráter, sin que esta actividad haya generado hasta el momento afectaciones en los poblados aledaños por caída de ceniza, lo que de igual manera indica que el Volcán Colima no ha registrado cambios en su patrón de actividad con respecto a los últimos meses.
Es importante señalar que la historia reciente de la actividad volcánica asociada al crecimiento de domos en el Volcán El Colima, sugiere la posibilidad de eventos explosivos de baja magnitud en un futuro no lejano, por lo que el semáforo se mantiene en alerta (amarillo), continuando vigente la zona de exclusión que comprende un radio de 7.5 kilómetros en torno al cráter.
La actividad actual del coloso no representa un riesgo para la población asentada alrededor del volcán, sin embargo debido a que estarían generándose derrumbes en el sector oeste (hacia Zapotitlán de Badillo), se mantendrán las tareas de difusión hacia la población civil, a fin de evitar la incertidumbre en la población debido a que este tipo de fenómeno ocasiona la caída de polvo y ceniza volcánica en la zona.
La Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos insiste en las recomendaciones a la población a través de los medios de comunicación, para que definitivamente se evite acampar en laderas o barrancas y en las cercanías del volcán, además se continúa en alerta y en permanente vigilancia de la actividad del volcán para reaccionar de manera inmediata ante alguna eventualidad, en coordinación con el Comité Científico Jalisco-Colima.
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