Muchas gracias, muy buenas tardes.
Muchas gracias por la invitación y por estas
palabras inmerecidas, por este detalle. La verdad es que me cuesta mucho venir
siempre al Teletón, me cuesta mucho; no es cualquier evento para mí. Cuando veo
en la agenda que hay que ir al Teletón, impone venir al Teletón.
Podría uno decir: “Voy para que, ¿dos mil
días de Gobernador?”, pues me sudan las manos, las manos frías. No por un
discurso porque eso pues lo hago siempre, a veces bien, a veces mal, a veces de
manera memorable incluso, no es eso; me cuesta mucho venir al Teletón porque
estar aquí obliga a contrastar y me cuesta venir porque contrasta mi miseria
con su grandeza, no es rollo es cierto, contrasta mi egoísmo, mi pequeñez, con
la magnanimidad de ustedes, de las personas que están en rehabilitación, de sus
papás sobre todo, de los voluntarios y de quienes hacen posible que esto
funcione, así que no es fácil, venir al Teletón.
No puede uno salir igual que como entró, no
puede uno ser insensible y no es cuestión de sentimentalismos o de
sensiblerías, es cuestión de cuestionarse y contrastar.
El agradecido soy yo, al que me han dado la
oportunidad de aportar un granito de arena en lo que creo, creo en las
personas, creo en la gente, creo en la generosidad, creo en el amor y creo, no
es conceptos, sino en personas con nombre y apellido, por eso soy una persona
enfermizamente positiva, creo que vienen tiempos mejores, porque creo en ti,
creo en la sociedad.
Esto que hay aquí, ustedes lo han dicho, lo
dijo Miguel Ángel y estoy de acuerdo, esto que hicimos aquí es mucho más que un
puente bonito, es mucho más que una vialidad necesaria, es mucho más que el
Periférico que estamos por inaugurar, es mucho más que eso, porque estamos
hablando de personas.
Y eso fue algo que nosotros quisimos hacer
este Gobierno aquí en el Teletón sí, pero también nos aventamos el doble turno
en el Centro de Rehabilitación Integral del DIF, también creamos Unidades
Regionales de Rehabilitación, también creamos muchas unidades básicas de
rehabilitación en muchos municipios, también construimos 100 Corazones, para
estar ahí con la gente que lo necesita.
Hemos visto números de lo que ustedes han
logrado, pero la verdad esto es mucho más que números, con una persona que
recibiera un beneficio ya se justificaría todo el esfuerzo que ustedes hacen.
Ayer tuve una reunión con una asociación que
me pidió una entrevista, se llama Guadalajara 2020, son ciudadanos jaliscienses
que quieren aportar al desarrollo de la Zona Metropolitana de Guadalajara y del
Estado. Son personas críticas, participativas, muy comprometidas que lo mismo
apoyan que critican, que lo mismo se suman que oponen y me decían ayer: “Oye,
¿hay algo en lo que Jalisco haya cambiado en estos seis años y al tiempo se
notará?”, hay más voluntarios y lo percibimos en distintas organizaciones
sociales, hay más voluntarios.
De ser cierto esto, pues es un extraordinario
resultado de esta sociedad, porque el verdadero cambio de nuestro País no es de
partidos, es de cultura lo hemos dicho, es de nuestra cultura, y es de cambiar
una sociedad egoísta, individualista por una sociedad solidaria, que sienta con
el otro, que se identifique con el otro, y si hay más voluntarios y hay más
organizaciones de la sociedad civil, entonces estamos construyendo una mejor
sociedad, entonces hay más solidaridad.
A mí eso me entusiasma, porque lo demás puede
ser cosa de tener dinero o no tenerlo, pero el comprometerse las personas, si
nos dice que estamos construyendo una mejor sociedad. Creo en la gente, creo en
estas personas que se comprometen, creo en las organizaciones de la sociedad
civil, y en mi Gobierno apoyamos a más de 500.
Y se me cuestionó, porque aquí cuestionamos
todo, además nos gusta, se me cuestionó por apoyar a organizaciones de la
sociedad civil, creo en ellas, en las que trabajan por construir los que suman,
los que convencen y que son organizaciones que van desde ecologistas,
hasta de prevención o rehabilitación de
adicciones; organizaciones que atienden a personas que viven con discapacidad o
a madres solteras; a gente que vive pobreza alimentaria o a la que busca un
sentido a la vida. Yo creo en eso, creo en esa sociedad y en estos seis años
hemos tratado de avanzar siendo congruentes con esto.
Finalmente, creo en ustedes y los veo como
verdaderos ángeles de Dios, esto es mucho más que filantropía, no es
filantropía, no es desprenderse de lo que les sobra para ayudar, es mucho más
profundo; no es un humanismo solamente, sí es un humanismo pero tiene que ver
con la trascendencia, tiene que ver con algo más allá de lo que vemos, tiene
que ver con dignidad, tiene que ver con el descubrir en el otro el rostro de
aquél que nos da la vida.
Creo en ustedes, ángeles de Dios, porque creo
que hay algo más que el sólo sentimentalismo que nos convoca. Ustedes lo ponen
en este letrero y lo ponen con mayúscula “el amor y la ciencia, el amor como
persona trascendente y la ciencia como esa búsqueda de la verdad, del
conocimiento para ponerlo al servicio de los demás”, creo en ello y como los
estoy viendo a ustedes, creo que seguirán viniendo tiempos mejores.
Gracias a ustedes por este ejemplo de vida y
en donde estemos trabajando, tengo la certeza de que seguirá existiendo en mi
familia, en Ime, en mi persona un voluntario del Teletón que retomará la
alcancía para pasarla con los amigos, no nos tocará ya convencer diputados, no
nos tocará ya convencer al de Finanzas para que aporte, pero si nos tocará
poner, seguir poniendo de lo nuestro y seguir pasando la alcancía por creo que
en ese futuro mejor que ustedes están construyendo.
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