Como parte de las actividades del Encuentro Estatal de Valores y Educación, en su 13 edición, autoridades educativas, docentes y padres de familia, asistieron al taller: “La Educación en Valores Dentro del Aula”, impartido por Roberto Rojas Tapia, pedagógico de la Universidad Panamericana (UP), quien dijo que hablar de la educación y de los valores no es sencillo, sí no somos un ser ejemplar.
Mencionó que como profesores, formar en valores a los alumnos no es fácil porque ello implica actuar con ejemplaridad, autoridad moral e integridad.
Lo primero que se necesita “es ser ejemplar, para eso necesito tener ascendencia que me dará una incidencia formativa, si no la tengo, no voy a poder llegar a mis alumnos, solo podré acercarme a ellos si me he ganado la autoridad con la congruencia en mi trabajo”, agregó.
Rojas Tapia, señaló que los docentes deben tener la capacidad de sacar lo mejor de los alumnos, ya que todos tienen aptitudes distintas que pueden ser explotadas y con las que pueden llegar al éxito, sin dejar que los procesos cotidianos invadan su sentido de responsabilidad y se olvide de que cada estudiante es único, que tiene una historia y además un futuro diferente.
Al referirse a la definición de los valores, explicó que “no son otra cosa que principios rectores que van conduciendo la acción de todos nosotros y que se reflejan en nuestra conducta diaria, pero el problema es que no podemos promulgarnos y ser congruentes, si no podemos inculcar”, agregó.
Roberto Rojas explicó que un maestro cuando hace lo que piensa es congruente, cuando dice lo que piensa es sincero y si hace lo que dice es veraz, ese es el círculo virtuoso, elemental para ser una persona ejemplar y así poder influir en los niños y jóvenes e inculcarles valores.
La labor formativa significa enseñar con paciencia y tiempo a los alumnos, dando a cada uno la importancia como seres únicos que son, mostrándoles los valores y descubriendo sus virtudes a través de una buena comunicación.
“Como educadores podemos lograr que los valores se hagan vida, se conviertan en virtudes, en directrices que nos indican el camino hacia donde debemos dirigirnos y para lograr eso necesitamos disciplina, herramienta que nos permite pasar de lo que se desea a lo que se realiza, como conjunto de indicaciones precisas en tiempos concretos con resultados medibles e insumos bien proporcionados”.
Agregó que la disciplina demanda a los profesores constancia y firmeza en el ejercicio de la autoridad, que nos ayudará a proporcionarles claramente a los alumnos las herramientas para que actúen con esa buena actitud que se necesita en el país.
Para finalizar, invitó a los asistentes a reflexionar sobre el impacto real en la formación de valores, creencias y convicciones de las personas, y a buscar que sus alumnos se formen con cabeza de hielo, corazón de fuego y brazos de hierro.
“Nunca abandonen sus creencias, nunca se traicionen a sí mismos, ni a los demás y nunca renuncien a lo que son” finalizó.
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