lunes, 26 de noviembre de 2012

Discurso pronunciado por el Gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, durante el Homenaje Solemne al Lic. Efraín González Luna Morfín.


Muchas gracias, muy buenas tardes.

Muy estimada Moniqué Marseille; apreciables integrantes de las familias González Luna Marseille, González Luna Morfín; ingeniero Antonio Gloria Morales, Secretario de Educación de Jalisco.

Amigos dirigentes de las secciones 16 y 47 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; Ingeniero Alberto Cárdenas Jiménez, ex Gobernador de Jalisco; amigas, amigos de Don Efraín González Luna Morfín.

Don Efraín González Luna Morfin es uno de esos ser humanos que por sus cualidades excepcionales se convierten en orgullo de la tierra que los vio nacer. Don Efraín fue un buscador, buscó la verdad, el bien y la belleza que dan sentido a la existencia, a la propia y a la de la comunidad.

Con la guía de su padre, sus hermanos y después con la familia que él mismo formó, se encontró con la realidad dolorosa de México, había que empujar la acción de los hombres y mujeres para generar bien común, en eso empeñó su vida.

Buscó la verdad, sí, en la vida intelectual y se dedicó a enseñar a tantos alumnos el camino del estudio, pues fue un hombre de pensamiento lúcido y mente clara, pero sobre todo buscó la verdad en el rostro de los hombres y mujeres de la Patria, en cada joven, en cada niño que conoció.

Buscó el bien, pues fue siempre de conducta intachable, rechazaba lisonjas y elogios, supo hacer de su vida una misión por México, siempre vio las cosas como realmente son y nunca se dejó engañar por espejismos, ni seducir por vanaglorias o apetitos terrenos.

Don Efraín buscó la belleza, en el arte, en sus libros siempre perfectamente ordenados, en la naturaleza, en el silencio, pero sobre todo con quienes se entregó en amor, primeramente su familia.

Esa integridad lo llevó a vivir ingratitudes y desprecios por propios y extraños, al igual que su padre, sufrió difamaciones e injurias, pero siempre fue consecuente y expuso sus razones con tal elocuencia y pulcritud que era imposible no atender a sus palabras.

Hombre de recia voluntad pero mayor corazón, siempre hombre para los demás, recorrió generosamente México, invitando a trabajar por el rescate de la Patria. 1970 será el año en que la historia registre como el del testimonio valiente y auténtico de este ilustre hombre de Jalisco.

Don Efraín González Luna Morfín, buscó con la sed de los siervos que narra el salmo, las fuentes de las aguas de la verdad que no se agotan con el dolor, los problemas o con la misma muerte.

Una vida tan fructífera, harina que hará el mejor pan, nos alienta a seguir con nuestras búsquedas, un México justo.

Un México justo y solidario, donde la educación sea la base para el desarrollo de todos los hombres y mujeres. Un país que ame la paz y que la construya con libertad plena, enfrentando, de frente, con hombría, a cualquier tirano que oprima al pueblo y que quiera utilizar el poder para sus propios beneficios.

Hoy recordamos a Don Efraín, el buscador, el buscador de Dios, el único frente al cual doblaba la rodilla y satisfacía los deseos más profundos de su corazón. Don Efraín buscó siempre la verdad, el bien, la belleza, ahora la contempla en plenitud.

Muchas gracias.

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