jueves, 26 de abril de 2012

El Museo de Arqueología de Occidente recibe al Director del INAH

Esta mañana, autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia y Secretaría de Cultura de Jalisco, realizaron un recorrido por el Museo de Arqueología de Occidente, donde pudieron disfrutar de la exposición “Inspiración en barro, Arte y cultura de la muerte. Colección Collignon”, que se encuentra en este espacio, el cual se habilitó como museo desde el año pasado.


Finalizando el recorrido, el Director General del INAH, Alfonso de María y Campos, señaló que “para el Instituto Nacional de Antropología e Historia, colaborar con la Secretaría de Cultura de Jalisco es un privilegio, un honor, hemos conjuntado esfuerzos para montar una sala permanente de arqueología de occidente, sobre todo la mayor parte de Colima, Nayarit y Jalisco”.

Comentó que “va a ser muy didáctico para la población porque está muy sencillo de entender y es muy estético porque te permite verlo como una obra de arte. La mayoría son piezas con carácter ceremonial, de un valor estético superior. El edificio como hemos visto puede ir siendo restaurado por etapas, albergando otros proyectos de arte popular, de cine, de música, que pueden beneficiar a toda la población de Guadalajara”.

Por su parte, el Secretario de Cultura, Alejandro Cravioto Lebrija, declaró que “es una de las colecciones más notables que hay de arqueología, de cerámica de occidente; afortunadamente ésta la conservamos en México y hoy tenemos la fortuna de tener una parte de esta exposición, aquí en Jalisco para disfrute de los jaliscienses”.

“Este edificio por su historia, ubicación y trascendencia, es un recinto magnífico para recibir una exposición de esta categoría, hemos platicado con el Embajador del INAH para ver qué otras exposiciones pudiéramos albergar y que sea un edificio vivo, que tenga una gran interacción con la comunidad en el centro de Guadalajara, el cual hay que reactivar en términos culturales para que nuevamente pueda tener una gran vida cultural”, agregó Cravioto Lebrija.

Con un aproximado de 200 piezas, “Inspiración en barro, Arte y cultura de la muerte. Colección Collignon”, una muestra enfocada en las tumbas de tiro que contiene piezas elaboradas entre el periodo 300 A.C. al año 400 D.C. La selección incluye vestigios representativos de tumbas de tiro de Jalisco, Colima y Nayarit, como representaciones humanas de animales y algunas vasijas o contenedores depositadas como ofrendas funerarias.

El muestrario es parte de una colección de cinco mil piezas, las cuales pertenecieron al coleccionista tapatío Mario Collignon de la Peña en los años 50s y 60s, que a su fallecimiento, su familia decidió entregarla al INAH, que a su vez la restituyó.

Esta es la primera vez que las piezas son exhibidas al público, luego de su paso por el Instituto Cultural Cabañas entre 1999 y 2000.

En las comunidades del preclásico tardío y clásico temprano (300 A.C a 400 D.C) que conformaron la llamada tradición de tumbas de tiro, distribuidas en una amplia región del Occidente de Mesoamérica, el cual abarcó los estados actuales de Nayarit, Jalisco y Colima, principalmente. Esta área constituye un verdadero caleidoscopio geográfico ya que es cruzada del Noreste-Sureste por la Sierra Madre Occidental; dicha cadena montañosa separa las cuencas, lacustres, localizadas en las tierras altas del interior y la cálida Costa del Pacífico.

Otro rasgo geológico que le brinda complejidad a esta gran área es el eje neovolcánico con la consecuente presencia de grandes volcanes que se levantan entre serranías y barrancas.

Los grupos humanos que aquí habitaron son conocidos por su peculiar arqueología funeraria consistente en tumbas de tiro con cámaras en las que se depositaron diversas ofrendas dedicadas a los muertos, entre los que destacan estilizadas esculturas.

La primeras interpretaciones formuladas entorno a estas imágenes indicaban que sus gestos y expresiones naturales eran representaciones anecdóticas de la vida cotidiana desprovistas de todo contenido simbólico y que por tanto, eran figuras emanadas de un área cultural marginal a la tradición Mesoamericana habitadas por grupos aldeanos agrícolas con una organización social simple.

Sin embargo, los recientes descubrimientos e investigaciones arqueológicas señalan que esta región fue ocupada por comunidades que contaron con un orden social, político y económico complejo, las cuales tuvieron contactos diversos con otros grupos Mesoamericanos, participando plenamente en esta gran tradición cultural desde tiempos tempranos.

En esta creciente complejidad las acciones simbólicas encontraron rasgos distintivos derivados de sus propias realidades sociales a través del manejo del estilo y la temática tratada por los artistas que retrataron su mundo en estas esculturas y vasijas de cerámica, que tenían como fin primordial acompañar a los muertos dejando a la posteridad un fino legado que constituye una mejor comprensión de estas sociedades del antiguo Occidente Mesomericano.

El Museo de Arqueología de Occidente, ubicado en Zaragoza 224, entre Reforma y San Felipe, tiene un horario de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas. Entrada libre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario