martes, 14 de junio de 2011

Discurso pronunciado por el Gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, durante el 20 aniversario del Banco Diocesano de Alimentos.

Vivimos en un mundo de claro oscuros, de verdades luminosas como la que estamos ahorita viendo, como la que estamos ahorita viviendo, y realidades que contrastan también.

A media mañana nos informaron el día de hoy que venía un contingente al parecer de grupos delictivos del Estado de Zacatecas, fuertemente armados con rumbo a Jalisco. Tuvimos la información el día de hoy temprano, jóvenes. La primera reflexión es ¿Qué pasa? ¿Qué estamos construyendo o qué hemos construido? ¿Qué se proponían, qué se proponen? Esas personas armadas que incursionan en un territorio para hacerle daño a la gente, para atemorizar, para extorsionar, para secuestrar, yo no sé para que venían a Jalisco. No es una buena noticia, pero es parte de nuestra realidad. La autoridad de Jalisco cumpliendo con su responsabilidad, buscando proteger a los jaliscienses enfrenta a este contingente y se genera un momento de tensión, un momento de incertidumbre, un momento de agresión entre seres humanos. El resultado, seis presuntos zetas pierden la vida; seis más detenidos, hasta este momento y con información todavía pendiente de confirmar; tres vehículos asegurados, dos de ellos blindados; ningún herido por parte de las autoridades estatales; por lo menos 12 personas dispuestas a hacer el mal, 12 personas dispuestas a dañar.

No nos debemos preguntar solamente si es con policía como se resuelve esto porque no, no es con policía, tenemos que reflexionar como sociedad ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Qué estamos dejando de hacer? ¿Qué ha ocurrido en el camino en las últimas décadas? Que de nuestras familias han salido personas dispuestas a quitarles la vida a otras personas. Esto es parte de nuestra realidad y hay que decirlo, los politiqueros superficiales quieren encasillar esto en un pleito entre la autoridad y alguien etéreo, eso es muy barato, no es cierto, hemos construido una sociedad que genera violencia; y algunas manifestaciones son así de dramáticas, armadas, dispuestos a matar y a secuestrar, y otras son de impacto tan profundo como esto pero que se circunscriben en la casa, señor que le pega a la señora; señora que prostituye a la hija; papá que viola al hijo, esa es nuestra sociedad. No, no creo que estemos tratando de una clase de moral sino de definiciones, de plantearnos como sociedad qué queremos para nosotros, qué queremos para nuestros hijos.

Tengo tantas cosas que les quiero decir que espero que esa pasión que tengo me permita construir una idea que les quiero dejar.

Existe pobreza también, y es cierto Martín Hernández, nos presume con razón que el estudio del INEGI, en los cinco años que lleva este Gobierno, somos el segundo mejor Gobierno en reducción de marginación, lo dice el INEGI, nos hubiera gustado ser el primero, pero bueno, somos el segundo. Y aún así hay pobreza, y aún así hay mucho que hacer, y la pregunta es la misma ¿Qué hemos construido? Para que existan estas desigualdades, estas inequidades en nuestro País.

¿Qué provoca la pobreza? No son fenómenos económicos, no son circunstancias económicas, la pobreza como la violencia la generan las personas que tienen una visión de la vida. Son las personas que de manera consciente o inconscientemente provocan o provocamos estas situaciones. Ante esta realidad y todo es que me gusta decir cosas escandalosas en estos micrófonos permítanme decir una más: Nadie tiene derecho a lo superfluo, mientras alguien carezca de lo necesario. Y déjenme no ser católico vergonzante, lo dijo Paulo VI en la Asamblea General de las Naciones Unidas, -digo, ojalá fuera mía la frase pero no lo es, tiene derechos de autor- “Nadie tiene derecho a los superfluo mientras alguien carezca de lo necesario” qué difícil porque tú y yo no cumplimos esta máxima; qué difícil desprenderse de eso que uno tiene para otros; qué difícil buscar institucionalizar las ganas de ayudar; qué difícil, pero también que necesario.

Por eso es que a lo largo de mis cuatro y picos años de Gobierno creo que han quedado muchas cosas claras, y una de ellas es que creo que en las organizaciones de la sociedad civil; creo en la gente de bien que hay en nuestro Estado; creo en la gente de bien que va más allá de sólo la crítica, que va más allá del debate y de la propuesta y que se compromete con los suyo; y ahí podrás tener más dinero que otros pero hay algo que todos tenemos lo mismo y se llama tiempo, todos tenemos el mismo tiempo, todos tenemos 24 horas al día mientras Dios nos mantenga la vida, ahí sí todos somos iguales, en ese gran recurso, todos tenemos lo mismo. Y la pregunta es ¿De qué nos desprendemos de ese recurso para cambiar la sociedad? Creo en las organizaciones de la sociedad civil porque han dejado atrás el discurso de los 70´s y los 80´s, casi todos, de oponerse a todo por sistema, y se han comprometido, han trascendido, solidaridad en acción, han dejado atrás solamente el sentimiento y han sabido aterrizar esa necesidad de dar, ese deseo de transformar en instituciones, y esto, esto no es sencillo.

Cuándo ponemos a revisar las grandes acciones de Jalisco, todos nos enorgullecemos del Obispo Cabañas y de su visión, y de Fray Antonio Alcalde y de su visión, y decimos su obra hace más de 200 años iniciada con tal pasión que continúa, y la pregunta ¿Solamente había gente de bien hace 200 años en estas tierras? No, la respuesta es no, aquí están ustedes, aquí están los tres fundadores, los tres que han recibido el reconocimiento, aquí hay gente de bien. Y no sólo aquí, en muchos lados de nuestro Estado en dónde la gente ha dicho “no quiero sólo quejarme, quiero aportar para transformar nuestra sociedad en algo mejor” y por eso yo creo en las organizaciones de la sociedad civil. Y el que se escandalice que me disculpe si aquí dice diocesano, el día en que los marxistas hagan el banco marxista de alimentos, yo estaré ahí apoyándolo; pero no existe en este momento; el día en que los anarquistas hagan el banco anarquista de alimentos hay que ayudarles, desgraciadamente no lo han hecho; el día en que los nono, no los nini ni estudian ni trabajan, los nonos ni hacen ni dejan hacer, el día que los nonos hagan el banco nono de alimentos, hay que estarlo apoyando, desgraciadamente esas doctrinas no han creado solidaridad y se quedan en discurso, y se quedan en la queja y en el señalamiento, y van a ver mañana ustedes en los periódicos “Emilio apoya los movimientos de la Iglesia”, como me divierte eso… pero para que repetir lo que ya dije la otra vez.

Y el compromiso, y estoy hablando como Gobernador, es apoyar no solamente con discursos sino con lo que tiene el Gobierno que el pueblo le ha dado, autoridad para decidir y recursos para administrar. En la parte de recursos una de las cosas que me precio es de haber fortalecido, poquito, apoyado la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos con 30 millones de pesos. Déjenme compartirles un estudio ranchero sobre el beneficio de ese dinero contra que si lo hubiéramos ejercido directo desde el Gobierno del Estado.

Nosotros a través de algunos programas entregamos 75 mil despensas al mes, no está mal, nos cuesta 140 pesos cada despensa más siete pesos el gasto administrativo, son 147 pesos de costo por las 75 mil despensas son 11 millones por los 12 meses son 132 millones de pesos ¿ok? Hasta aquí todo bien. Apoyamos 75 mil familias con 132 millones de pesos al año, este año, el año pasado y el antepasado ¿ok? Las familias en Jalisco son más o menos de cuatro, cuatro punto y tanto por familia, quiere decir que estamos apoyando al año a 300 mil personas y que le cuesta al pueblo 440 pesos apoyar una persona al año, ayudarla a que salga de pobreza alimentaria, en lo que consigue chamba, o crece, o termina la escuela, o lo que quieras; esa ayuda temporal cuesta 440 pesos por persona al año ahorita, al Gobierno de Jalisco, al pueblo de Jalisco. Si lo que hacemos, lo que hicimos por medio del Banco de Alimentos, apoyamos 30 millones de pesos a 104 mil beneficiarios en Guadalajara más 38 mil del resto del Estado dan 142 mil beneficiarios, si dividimos los 30 millones de pesos entre los 142 mil beneficiarios son 211 pesos por año, pero resulta que la ayuda que da el Gobierno por medio directo lo tiene que estar haciendo todo el año ¿ok? Y la ayuda que hace a través de las organizaciones de la sociedad civil la hace una vez, porque no es para gasto corriente ni siquiera para la adquisición de alimentos sino para el equipamiento que va a potenciar lo que ahí se está haciendo, pero vamos a suponer que lo que aportó el Gobierno del Estado hubiese una depreciación en cuatro años, digo se me hace poco, porque los vehículos señor contador Alfaro ¿Se deprecian en cinco años todavía? Las bandas transportadoras supongo que en menos porque tienen mucho movimiento, vamos poniéndole que se depreciara en cuatro años, resulta que le cuesta a Jalisco apoyar a una persona para que salga de pobreza alimentaria 52 pesos si lo hace a través del Banco de Alimentos y le cuesta 440 pesos si lo hace directo, ocho veces a uno, y hay quien no le entiende todavía.

Me siguieron en todos los números, se los puedo repetir, si alguien no puso atención yo con mucho gusto le repito los números.

Conclusión, de esta parte, no crean que ya me voy. Conclusión de esta parte: Lo que se puede hacer a través de la sociedad civil no lo debe de hacer el Gobierno, eso se llama principio de subsidiaridad, no puede el Gobierno pretender hacer todo y anular a la sociedad, el Gobierno tiene que potenciar lo que hace la sociedad, y ahí hay una pruebas económica para aquellos que se rasgan vestiduras por su puritanismo, porque el pueblo apoya al Banco Diocesano de Alimentos, aquí está la prueba de que si hay una inversión bien hecha en materia de erradicación de pobreza alimentaria es esta, cuéstele a quién le cueste ¿Cómo se dice? Pésele a quién le pese, bueno, es cuestión de entender un poco de multiplicaciones y divisiones, tampoco es tan complejo.

Yo creo en las organizaciones de la sociedad civil no sólo porque sean más eficientes, no sólo por eso, sí son más eficientes aquí está una prueba, pero creo en las organizaciones de la sociedad civil porque crean solidaridad, porque los que estamos aquí, salvo un servidor y unos pocos que nos paga el pueblo, no están aquí porque les paga el pueblo al contrario ustedes meten de su tiempo y ustedes meten de sus recursos, no vienen por a ver que ganan, sino vienen a ver que transforman, a ver que ayudan; creo en las asociaciones de la sociedad civil porque forman solidaridad y la solidaridad es la respuesta a los dos temas con los que inicié esta charla, u homilía ¿Alcanzas para homilía don Juan? No, nomás para charla ¿al final un vale para misa el domingo? No, que tienen que ir a misa dice don Juan. A ver, y llegamos al punto en donde yo quería llegar ¿Qué va a cambiar? ¿Cómo vamos a acabar con esta situación de delincuencia? No hay cárcel que alcance, no, a quien comete un error la solución no es exterminarlo, es darle la oportunidad a que se rehabilite y se reincorpore, pero ¿Cuál es la prevención de esto? Que construyamos una sociedad no basada en el lucro y en el egoísmo individual como estamos ahorita sino basados en la solidaridad, y esa solidaridad previene la delincuencia, y esa solidaridad previene y erradica también la pobreza.

Es mucho más fácil darle 30 millones al Banco de Alimentos que –para los amigos de la prensa son los que ya di, porque ahorita me van a decir que les dé el cheque, no son los que ya di ¿se acuerdan el chequecito? Martín ¿te acuerdas? ¿Sí?- es mucho más fácil dar 30 millones de pesos que construir una sociedad basada en la solidaridad, por eso necesitamos a la mejor gente de Jalisco apostada en este proyecto y en muchos como estos para seguir construyendo en la solidaridad, y me entusiasma que en la presentación por estos 20 años –felicidades por cierto, no los he felicitado, felicidades- me entusiasma ver que no todo es regodearse en los éxitos del pasado con los miles y los cientos de miles de personas que por ustedes ya no están en pobreza alimentaria sino que utilizándolo como plataforma están planteando los siguientes pasos, no tengo todavía conocimiento pleno de lo que sigue, este fondo social de rescate alimentario, no tengo todo el detalle de lo que esto signifique, pero a priori yo le entro, cuentan conmigo, soy parte de este proyecto.

Y bueno, quiero concluir presentando a ustedes un modelo y decirles: En la vida no puedes ser indiferente, o construyes o destruyes, o estás en la cultura de la vida o en la cultura de la muerte, o buscas crear solidaridad o estás lucrando con los demás, o ves en el otro un hermano tuyo con el que tienes que ir de la mano o ves en el otro alguien a quien quieres explotar, no hay otras alternativas, porque incluso quien por indefinición está en nada forma parte de esta cultura de egoísmo, de muerte, de opresión, de violencia, hay que ser consientes de ello y trabajar de manera proactiva para transformar nuestra sociedad desde este trabajo solidario.

Y quiero proponerles un modelo, y quiero que me ayuden en esta ocasión a reconocer a una persona que le ha dado mucho a Jalisco sin ser de Jalisco, y que ha proyectado a nuestro Estado por el simple gusto de ayudarle, de querer ayudarle a la gente, les propongo y les pido me ayuden con un aplauso y que aceptemos como modelo de creación de solidaridad al señor Ricardo Bon Echavarría.

No pertenece a ningún partido, entiendo que le va a las chivas y eso habla bien de él, no tiene ningún cargo público, no es jerarca de alguna iglesia, es un hombre, es un ciudadano, es una persona que quiere trascender ayudando a los demás. Se los propongo de modelo.

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