lunes, 10 de septiembre de 2012

Discurso pronunciado por el Gobernador, Emilio González, durante la Presentación del Libro “Estadio Jalisco 50 Años de Historia 1960-2010”.

Muchas gracias, buenos días.

Un honor estar con tantas personalidades del mundo deportivo de nuestra sociedad, gente muy querida de todos nosotros, nuestros modelos de vida en lo que a deporte se refiere. Distinguidas personalidades del presídium, amigas, amigos.

Pues impone hablar del Estadio Jalisco, qué difícil hablar después del padre ‘Chayo’, de todo lo que ha vivido ahí, yo quiero hablar no como alguien que ha sido un actor en la construcción del estadio o algo así, porque no lo he sido, pero sí como un ciudadano, como un aficionado.

Ir al estadio Jalisco es una experiencia de vida, es una experiencia de vida. Todos nos acordamos la primera vez que fuimos al estadio con quién fuimos; ir al Estadio Jalisco es una experiencia de vida que integra: me llevó mi papá al Estadio Jalisco, llevé a mis hijos al Estadio Jalisco. Es una experiencia que va más allá de un solo espectáculo deportivo.

La primera vez que vi el estadio estaba cerrado, era un domingo en la tarde, pero era tal la imagen y lo que representaba el estadio que no resistimos la tentación de llegar en la camioneta de mi papá, un domingo en la tarde, de cualquier manera acercarnos al estadio y por las rendijas de las cadenas encontrar en dónde se veía el pasto, y fue una experiencia tan fuerte que todavía lo recuerdo y eso fue en 1969, ni siquiera entramos, pero fuimos al estadio.

La primera vez que pude entrar también nos llevó mi papá, no creíamos que eso iba a ser posible, era un juego Cruz Azul-Guadalajara, una penal a favor del Guadalajara, Guillermo Torres la tira y la mete, el “pititos” Torres. Por alguna circunstancia el árbitro ordenó que se repitiera, no pues el nervio total, la volvió a meter, le pegaba fuerte, no sé si todavía le pegue fuerte, le pegaba fuerte a la pelota. No les digo el resultado, de ése no quiero acordarme, pero me acuerdo de esa primera visita al estadio.

Pasa el tiempo y uno se pregunta “y cómo es que está el Estadio Jalisco”. Y una de las cosas que me da mucho gusto es, no lo hizo el Gobierno; ahora pareciera que todas las grandes cosas tienen que ir con dinero del pueblo, las tiene que encabezar el Gobierno, pues aquí hay un ejemplo de que uno de los grandes íconos de Jalisco no lo hizo el Gobierno, lo hizo la gente amante del deporte que quería tener un icono para la posteridad, un espacio para el presente, un lugar de convivencia y creo que esto nos tiene que dar un gran mensaje en la actualidad.

Estos liderazgos que ahora reconocemos en sus familiares pues nos dicen mucho con su presencia de que las cosas que queremos construir, somos nosotros los que tenemos que empujarlas. Les aseguro que no fue fácil, se necesitaron etapas pero ahí está el Estadio Jalisco en una realidad en la historia y en el presente y en el futuro, sin duda, de nuestras experiencias de vida.

Tuvieron una visión, se propusieron construir un estadio de clase mundial y simplemente lo hicieron.

El Estadio Jalisco es también un ícono de Jalisco: aparece en las tarjetas postales, es uno de los puntos de referencia de nuestra ciudad; le dio el nombre e identidad a una zona muy grande de nuestra ciudad. De manera afortunada está construido en la Calzada Independencia como un punto de unión en nuestra ciudad. Si el Río San Juan de Dios y después la Calzada dividió en un tiempo a nuestra ciudad “de este lado, de aquel lado, de la Calzada”, el Estadio Jalisco vino a decir “¡hey!, esta es la bisagra que une a Guadalajara”.

Aquí todos estamos en la Calzada Independencia, es un ícono que también nos enorgullece, su tamaño, su majestuosidad, los eventos que ahí han tenido, es algo que nos une. El Estadio Jalisco promueve cosas deportivas, por supuesto es un espectáculo que tiene en sí mismo el objetivo del descanso, del goce, de la satisfacción lúdica, pero también es algo que promueve cosas positivas.

¿Queremos construir una mejor sociedad?, pongámosle mucha atención a los deportes de conjunto, el fútbol y otros deportes de conjunto nos hablan de amistad, de hacer equipo, de tener objetivos comunes, de respetar reglas, de trabajar con una autoridad, eso nos enseña el fútbol, y si ahora queremos construir una mejor sociedad, necesitamos eso, la amistad hace el equipo, tener objetivos comunes, trabajar de acuerdo a algunas reglas, trabajar también con la autoridad. No es sólo el tener vida sana, la práctica deportiva, es también construcción de sociedad y construcción de una mejor sociedad.

El Estadio Jalisco ¿a quién no ha tocado, a quién no ha influido? ¿Con quién vamos al estadio, qué comemos en el estadio? “El Pesebre”, “El Rica”, las guasanas, adentro o afuera. Yo tengo un hermano que vendía tacos en el estadio, adentro, tacos dorados en bolsitas ahí, y decía “urge que el equipo local meta un gol porque antes del gol no se vende nada”. Ya caía un gol y empezaba a moverse, pues eso es parte de nuestra historia, es parte de nuestra vida.

A veces quieren que yo sea un erudito en la palabra y hable siempre con corrección y yo digo “hombre, si parte importante de mi formación lingüística la adquirí en la zona C del Estadio Jalisco, no aspiren a que sea yo un virtuoso de la palabra. Recuerdo una vez, estaba con un hermano en la zona C, y oíamos algún argüende en otro lado, y le digo “oye ¿qué está pasando?” y dice “no sé, ya ves cómo son los burgueses de la B”.

¿A quién no le ha influido, influenciado el Estadio Jalisco? por supuesto cuando el resultado del equipo favorito es positivo pues mejor, pero es una experiencia de vida simplemente el asistir al Estadio Jalisco.

Una de las discusiones que he tenido con uno de mis hijos es porque según él, agredimos al estadio, me tocó ser regidor en la administración en el Gobierno de César Coll y por cuestiones de protección civil había que poner un límite en las barreras ¿no? O sea delimitar los espacios y pues eso obligó a disminuir el aforo teórico de 70 mil a 55 mil, algo así, de espectadores. Y mi hijo me reclamaba porque el Estadio Jalisco ya no era de los más grandes del mundo. Digo hoy el Estadio es del mismo tamaño, sólo que ahora la gente está más cómoda, “¡no!, ustedes hicieron más chico el Estadio Jalisco”, nos reclamaba por esa decisión que se tomó en alguna ocasión.

Es tan importante el fútbol en nuestra comunidad, que en algún tiempo se llegó a proteger incluso al aficionado en cuanto al costo del boleto, estamos hablando del final de los 90 pero el precio de la zona C lo ponía el Ayuntamiento, no sé, después se liberó, creo que está bien, pero esa importancia se le daba a la convivencia en donde decía “no se le puede privar a la gente el derecho de asistir al Estadio Jalisco”, y se ponía un precio accesible en la Zona C, en donde muchos de nosotros, insisto, fuimos formados.

Venimos también el día de hoy, aparte de recordar a esos constructores del estadio, hablar de este libro que recoge la historia, este libro registra la historia de estos 50 años desde la construcción del Estadio Jalisco, y ya de por sí este libro debe provocar en nosotros la unión. Es cierto que hay rivalidad deportiva entre los distintos equipos y aficionados, pero aquí estamos todos juntos, aquí estamos con objetivos comunes, eso que hace el fútbol, de que hace el deporte para la gente del fútbol, lo debemos buscar también para nuestra sociedad.

Le vamos a distintos equipos pero eso no significa pleito, debe por el contrario, significar búsqueda en las cosas que tenemos en común para seguir en unión.

Este libro honra y distingue a personajes específicos de nuestra comunidad que se propusieron hacer algo bueno y lo hicieron. Este libro obliga también, obliga a cuidar y a engrandecer el estadio; obliga también a preguntarnos qué sigue, lo mejor de nuestra sociedad no es nunca el pasado, por más que los dos goles se hayan metido o los campeonatos, o las satisfacciones, lo mejor que tenemos es siempre la vida presente, el hoy es lo mejor que tenemos y además es lo único que tenemos, el pasado está ahí como punto de referencia pero no lo podemos cambiar, sólo tenemos el hoy.

Este es el mejor momento y así como preguntamos ¿qué sigue en nuestras sociedades?, ¿qué sigue en el Estadio Jalisco?, ¿qué sigue en la promoción deportiva, qué sigue en las nuevas generaciones?, de tomar ejemplo de estos liderazgos y también nosotros construir para los demás.

Están los hijos de quienes tuvieron este empuje, ellos vieron muchas cosas pero sin duda en su mente estaba el que lo que se va a construir nos va a trascender. Esa es una pregunta que queda ahí para todos nosotros.

Y bueno pues no podía terminar sin comentar esto que se me pasó hace rato, de cómo lo que pasa en el estadio nos influye ¿no?, esas convivencias que la voz del estadio, es una voz que todos conocemos, y los anuncios ¿no?, “(inaudible) informa”, hace mucho, “tiro de esquina por no sé quien”, “carnes Garibaldi, carnes en su jugo”, y luego por qué dicen que le va al Atlas, pero siempre tratándose de Benjamín Galindo: “tiro de esquina por ‘el Maestro’”, ¡ah no, bueno, hay niveles!, por ahí hay una foto de Guillen jugando en la UdeG, venía de León, la UdeG, y de Galindo, que ah que media esos dos, lástima que poco le dio la oportunidad en la Selección, pero qué jugadores hemos tenido.

Bueno termino, agradezco a Raúl Alejandro por este impulso, a Samuel, a Arturo, a todos los que tomaron parte en la conformación de este libro y el pendiente que tenemos todos es que no se quede sólo como un registro de la historia, sino que sea para todos y sobre todo para las nuevas generaciones un aliciente que nos diga a cada momento que nuestro presente y esta sociedad la construimos entre todos y que aquí tenemos modelos de cómo sin el Gobierno se pueden hacer también, buenas cosas.

Felicidades a todos.

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