domingo, 28 de noviembre de 2010

Miles de jaliscienses despiden a marionetas gigantes



• Cerca de 3.5 millones de jaliscienses siguieron los pasos, desde el martes hasta el domingo, “El Gigante de Guadalajara”

• El Gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, agradeció la distinción al Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, por elegir a Guadalajara para ser sede de este espectáculo internacional

La historia que contaron los marionetas gigantes en su paso por Guadalajara cautivó durante seis día la atención de 3.5 millones de jaliscienses que siguieron la obra de teatro callejero “El Gigante de Guadalajara”.

La leyenda inició con el Muro Caído del Cielo, el bloque de hielo que en su interior guardó a Xólotl, el perro-dios de dientes de obsidiana dormido y ofrecido en regalo a la Pequeña Gigante.

Luego que el hielo se derritió, Xólotl comenzó a correr por las calles y con su olfato encontró el sarcófago que guardaba al Gigante.

Después de caminar por el centro Guadalajara, el Campesino, la Pequeña Gigante y su mascota se reencontraron, llevando alegría y euforia a los jaliscienses.

El Gobernador del Estado, Emilio González Márquez, agradeció la distinción que hizo el Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, para que fuera en Jalisco y especialmente Guadalajara donde diera inicio este espectáculo de talla internacional presentado por la compañía Royal de Luxe.

Presenciaron desde el viernes el recorrido de El Gigantes de Guadalajara el embajador de Francia, Daniel Parafait; el alcalde de Nantes, Jean Marc Ayrault; el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio Irázabal, quien asistió en representación del Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa; el secretario de Cultura de Jalisco, Alejandro Cravioto Lebrija; el secretario de Turismo estatal, Aurelio López Rocha, y el secretario General de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez; la secretaria de Cultura de Guadalajara, Miriam Vachez Plagnol, y el presidente municipal de Guadalajara, Jorge Aristóteles Sandoval García, entre otras personalidades.

Los tapatíos disfrutaron con euforia el último recorrido que hicieron la Pequeña Gigante, Xólotl y el Campesino por el Centro Histórico de Guadalajara. Después de una siesta, a las 3:30 de la tarde, despertaron los gigantes para caminar por la Avenida 16 de Septiembre hasta La Normal, donde luego de un recorrido de dos horas y media llegaron a su última morada en Guadalajara.

Con el grito de ¡Viva México!, los tapatíos emocionados disfrutaron el recorrido de los títeres que estuvieron acompañados por los revolucionarios, un revólver gigante que lanzaba papeles de colores y fragmentos de poemas, un cañón que con un fuerte estruendo alegraba el recorrido y lanzaba tarjetas que cuentan la historia de “El Gigante de Guadalajara”, otra unidad con un grupo musical amenizó y alegro todo el recorrido, así como unos platillos de gran formato que acompañaron al contingente durante todo el recorrido.

El perro Xólotl, mascota de la Pequeña, se dejaba consentir por el público y agradeció en dos patas las muestras de afecto de los asistentes al desfile. Después de un largo recorrido y los movimientos de baile, la Pequeña decidió sentarse sobre un automóvil para seguir su trayecto.

Cuadras más adelante, El Campesino toma un descanso para seguir caminando antes de llegar a La Normal, donde tuvo que brincar con la ayuda de una grúa el puente peatonal que se encuentra metros antes de iniciar la Avenida Ávila Camacho.

Con gran asombro los tapatíos aplaudieron la destreza de los elementos del staff que participaron para brincar el puente con el Gigante que no representó ningún obstáculo para continuar su recorrido.

Ya en el terreno de La Normal, el perro Xólotl corría feliz y la Pequeña Gigante bailaba alegremente frente a los miles de espectadores, al mismo tiempo El Campesino regresó a su sarcófago y la niña decidió descansar sobre una silla y cubrir sus piernas con una manta.

El Gigante de Guadalajara

Hace 200 años, cuando Hidalgo dio el grito de Dolores, su voz resonó en todo México, más allá y a través del tiempo

Cuenta la leyenda que, en aquella época, un Gigante subido en la montaña escuchó…. Era un campesino solitario de madre indígena y padre criollo. Cuando el Gigante apareció ante el ejército rebelde, los hombres tuvieron tanto miedo, que para evitar que lo destruyeran, Hidalgo lo mando meter en un sarcófago y lo escondió en algún lugar de Guadalajara. No sabemos a ciencia cierta quienes le ayudaron con esta tarea porque murieron en alguna de las batallas que sacudían al País.

Cien años más tarde, en 1910, la sobrina de este Gigante, llamada “Pequeña Gigante”, se instaló en el Estado de Morelos. Algunos cuentan que ella había hecho el viaje para buscar a su tío. Otros dicen que Zapata, en una noche de luna llena, había hablado con ella.

¿Qué dios decidió en este año de 2010 dejar caer desde el cielo en la ciudad de Guadalajara un mural que podría haber sido creado por Diego Rivera para advertir a la Pequeña Gigante que había llegado la hora de conocer a su tío?

Así, los Gigantes, después de haberse reencontrado en la ciudad de Guadalajara, se despidieron este domingo de todos los tapatíos.

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