Durante la presentación, Ángel Ortuño señaló que este poemario, escrito de una manera muy peculiar, ofrece al lector amplias posibilidades de lectura, ya que su escritura, dijo “se fundamenta en lo semántico y lo matemático; los poemas que conforman Nervio Náufrago no son adivinanzas, ni ejercicios de paráfrasis, de ahí el que una lectura superficial de la escritura de Laura pudiera acercarnos al delirio verbal de la libre asociación surrealista”.
Además, el poeta comentó que el trabajo de Solórzano tiene tres elementos principales, una postura, la dinamita del desorden y la duela del párrafo, y por postura se entiende “el yo lírico, esa concepción retórica a partir de la cual se enuncia el poema; la dinamita del desorden es una bella advocación de la destrucción el descoyuntamiento sintáctico, la disolución semántica y la evaporación de los sólido en el aire”.
Finalmente Ortuño señaló que “la poesía de Laura Solórzano como lo he confirmado en cada libro suyo, es uno de posproyectos de escritura más radicales, potentes y perturbadoramente elegantes en este momento de las letras mexicanas”.
Por su parte, Laura Solórzano dijo que este libro es el más íntimo y anecdótico, además de ser un texto que desenmascara un poco su forma de escribir “aquí hay algunos poemas que dedicados a mi familia, a mi madre, al país, al arte abstracto”; así dijo, el libro contiene un poquito de todo, cosa que dejó innumerables fragmentos de escritura en la autora que poco a poco unió en secciones, mientras que la unidad del libro se logra, según la autora “con el estilo de los textos y el trastorno del lenguaje que intenta no perder el sentido, pero sí producir imágenes”.
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