jueves, 12 de agosto de 2010

Mensaje del Gobernador del Estado de Jalisco, Emilio González Márquez, durante el Diálogo por la seguridad. Hacia una Política de Estado.

Muchas gracias, muy buenos días señor Presidente, señoras gobernadoras, señores gobernadores, representantes de la sociedad civil, señores funcionarios del Gobierno federal, amigos de los medios de comunicación.

En Jalisco hemos iniciado ya el proceso de diálogo con la población, con los expertos académicos y con expertos de otras latitudes, buscando revisar el modelo policial y haciendo propuestas para su modificación, porque, por supuesto que se necesitan hacer cambios en nuestras policías, necesitamos mejor policías.

Pero, ¿de qué serviría, si solamente nos enfocamos en este tema?, ¿de qué serviría si esta nueva policía, este nuevo modelo policial mexicano regresa a trabajar en el mismo entorno? La pregunta es si ¿estamos solamente preocupados en fortalecer las instituciones públicas o tenemos también el interés y la visión de fortalecer algo que a mi entender es de mucho más fortaleza, como es el tejido social?

No podemos permitirnos una visión reduccionista del problema, pensando que sólo con el trabajo de las fuerzas públicas podemos resolver este complicado problema, podemos transformar nuestra realidad.

Lo ha dicho en su mensaje el señor Presidente, se requiere de la prevención social a través de la educación, de empleo, de acceso a la cultura, al deporte, a la recreación. Nos lo han dicho también, la importancia de la prevención comunitaria, por supuesto de la acción policial, así como de una mejor procuración e impartición de justicia y de una reinserción social.

Yo quiero, dentro de todo, que debe incluir un modelo por la seguridad, quisiera hacer énfasis en tres caminos que se deben seguir desde una las principales fortalezas que tiene el Estado Mexicano, que tiene la sociedad mexicana, que es la educación. Debemos orientar nuestro sistema educativo en este sentido.

Primero, podemos y debemos impulsar desde la escuela el fortalecimiento de la comunidad a través de la cultura solidaria, en donde todos nos interesemos por lo que le pasa a todos los demás.

Debemos aprovechar, pues las vivencias para que desde la teoría y la práctica en la escuela avancemos en el fortalecimiento de la comunidad, con libros de texto que incluyan, como parte de la currícula, esta teoría y esta práctica; con maestros formados, orientados también en este sentido; con la incorporación del o los padres de familia en actividades con sus hijos; propiciando desde la escuela la vida en comunidad, en armonía; fortaleciendo los organismos de la sociedad que en esa comunidad existen.

Descubriendo a los alumnos los sentidos de la vida; promoviendo, desde los maestros y los papás, modelos de vida para nuestros niños y jóvenes; rescatando referentes sociales en los maestros; fortaleciendo a los papás como guías en su familia.

Segundo punto, podemos y debemos orientar nuestros sistema educativo, fortalecer los que ya llevan a cabo para desarrollar en nuestro País una cultura de la legalidad.

Debemos desterrar de nuestra cultura, desde la escuela, modelos que son, que están tan dentro de nuestra cultura que han acuñado frases: “El que no tranza no avanza”, “a mí no me den, pónganme donde hay”, “año de Hidalgo”, son frases que representa modelos aprendidos en nuestra cultura, que deben ser sustituidos por nuevos modelos dentro de una cultura de legalidad.

Tercero, desde la escuela, debemos desarrollar no sólo habilidades y conocimientos, sino también actitudes; tenemos que ser un País que construya, debemos dejar de ser el País del eterno encono y confrontación. Necesitamos desarrollar una actitud propositiva.

En conclusión, tenemos en nuestro sistema educativo una gran fortaleza que debemos orientar en la conformación de una sociedad solidaria para con todos los mexicanos, amante de la Ley, con mexicanos propositivos. Esto, sin duda, traerá como consecuencia un México mejor, más seguro, más tranquilo.

Muchas gracias por su atención.

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