miércoles, 15 de septiembre de 2010

Discurso pronunciado por el Gobernador Emilio González Márquez, en el Supremo Tribunal de Justicia.

Muchas gracias, muy buenas tardes.

Nos encontramos insertos en el marco de referencia del inicio de nuestra lucha armada por la libertad.

Hace 200 años dentro de muy pocas horas, el padre de la Patria, don Miguel Hidalgo, convoca a los americanos de entonces, a los mexicanos de hoy, a continuar una lucha que había iniciado años antes. Y es que nuestra lucha armada es sólo el testimonial y el catalizador de una lucha que se venía dando con anticipación. La lucha de los ideales, la lucha de los anhelos.

Y nos encontramos en este espacio a personajes también jaliscienses que valen la pena resaltar como el Licenciado Francisco Primo de Verdad y Ramos, en aquel entonces, Sindico del Ayuntamiento en la Ciudad de México, que fue sin duda uno de los grandes precursores del movimiento de Independencia.

No empuño él las armas pero sí fue el de los que empezó y argumentó, a decirle al americano que somos iguales ante la Ley, que debemos ser iguales ante la Ley como somos iguales ante la naturaleza.

La lucha de las ideas, la lucha por el ideal finalmente nos conquista la independencia a los mexicanos. Sin duda, se dieron hechos de armas importantes a lo largo de estos 21 años, de 1810 a 1821, pero fue el empuje de este anhelo de independencia del cual participaban ya todos los mexicanos, lo que posibilitó, en aquel abrazo de Acatempan, la unión de los mexicanos y la conquista de este ideal.

Concluyó la lucha armada y el triunfo se dio de manera incruenta cuando se venció en el terreno de los ideales, en el terreno de las aspiraciones, cuando todos los mexicanos desearon la independencia, entonces de manera incruenta se consigue el objetivo 11 años después del inicio de la lucha armada y más, más tiempo de aquel inicio en donde el insigne jalisciense, y laguense, Primo de Verdad y Ramos diera su vida también por nuestra independencia.

¿Y cuál es ese ideal que motivó? Sin duda alguna la libertad, que en un primero momento y de manera reduccionista se puede entender como la sola eliminación del mandato de un soberano europeo sobre los americanos, pero que en términos más profundos debería hacernos reflexionar sobre el cumplimiento o no de este viejo anhelo.

Se consigue la libertad política como condición así señalada y expresada y así reconocida para construir en la justicia.

Sin libertad, la persona deja de serlo; sin libertad nos convertimos en instrumento, en causa material y dejamos de lado la esencia de lo que nos hace ser persona humana, por ello la libertad es la base de nuestro sistema de convivencia, pero no basta la libertad, es necesario la justicia en el más amplio sentido de la palabra.

Con libertad en justicia es posible el desarrollo, y si tenemos libertad y justicia y avanzamos en el desarrollo de nuestro pueblo, entonces viviremos en paz, lo mismo en 1810 cómo lo mismo ocurre para este año en 2010.

Si algo podríamos también resaltar es que los ideales de nuestros héroes, permítanme remontarme a Primo de Verdad y Ramos, y a Miguel Hidalgo, y Allende, y a Pedro Moreno y Rita Pérez de Moreno, y Marcos Castellano y a todos la pléyade de héroes, jaliscienses y mexicanos, si una virtud tuvieron dentro de sus debilidades y defectos como humanos es que supieron llevar a la acción su convicción. De que no se quedo en una idea, no quedó en un ideal, supo transformarse en acción cotidiana hasta lograr los objetivos que se buscaban, los mexicanos primero anhelamos la libertad y luego conseguimos la Independencia.

¿Qué anhelamos ahora? ¿Qué deseamos ahora los mexicanos? Tenemos claridad de lo que queremos y qué estamos dispuestos a hacer para que ese anhelo se convierta en realidad.

Sin duda queremos justicia, queremos justicia y libertad para el desarrollo que aspiramos y también para alcanzar la paz que anhelamos.

Mucho hemos avanzado y sin duda alguna mucho falta y dentro de la justicia, yo que como bien se dice no soy abogado ni conozco más que lo que se aprende en la vida cotidiana, y lo que se aprende en una licenciatura que no es la de derecho, yo que no conozco lo que ustedes conocen, con el conocimiento y tal vez sólo con sentido común me parece que por encima de una buena Ley está un buen juez. Y que un buen juzgador y que un buen servidor público, es un bien tan grande que no debemos dejar insistir en el fortalecimiento de los servidores públicos. Y que un buen juez sabe trabajar incluso con una Ley defectuosa o con una Ley antigua o con una Ley que tiene lagunas, y que un buen juez sabe impartir justicia sin violar el derecho.

Por eso he de reconocer a este Supremo Tribunal de Justicia y al Presidente, Magistrado Celso Rodríguez, por ese énfasis que ustedes están teniendo en la capacitación. Es de resaltar lo que están logrando.

Y no puedo pasar por alto los logros que ustedes han tenido con la apertura de salas y juzgados que posibilita el anhelo del jalisciense de la impartición de justicia como lo señala la Constitución de una manera pronta y expedita, y cómo hacerlo si estamos rebasados por tanta solicitud de justicia, y cómo hacerlo si el Estado jalisciense no voltea a ver a sus juzgadores para apoyarles y para que existan estos juzgados y estas salas que posibiliten el cumplimiento de este mandato constitucional.

Y he de reconocer el empuje de ustedes y del Presidente Celso, también de una manera muy señalada, por ese anhelo detener una mejor infraestructura para la impartición de justicia.

Es cierto, no son los edificios los que nos hacen tener una justicia como la que aspiramos, pero sí ayuda la infraestructura a poder contar con ese espacio digno, suficiente para cumplir con el anhelo de justicia que tenemos en el pueblo jalisciense.

Por ello la insistencia en la construcción de una Ciudad Judicial, sí, en medio de una crisis fiscal, en medio de una crisis presupuestal que limita la velocidad de su construcción pero que no mina la voluntad, ni del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, ni del titular del Poder Ejecutivo para que esto sea una realidad.

Escuchando a los magistrados no podemos, al menos yo no puedo menos que emocionarme con la vivencia que hemos tenido el día de hoy, y me parece que en esta Ciudad Judicial debemos contar con el espacio para recopilar el acervo en materia de impartición de justicia.

Porque no sólo nos dejó el magistrado aquí emocionado a ver que pasaba con esa acusación de usted, el hecho que nunca concluyó, no nos dijo cómo concluyó, no sólo es la parte anecdótica sino que el pueblo que no se reconoce en su historia no tiene posibilidades de desarrollarse.

Por ello es importante contar con esta infraestructura que nos permita hacer un uso adecuado del archivo que podamos tener en esta materia, de forma que los estudiosos, los magistrados, los jueces, los investigadores puedan tener acceso a este material y reconociéndonos en nuestro pasado nos ayude a tener un mejor futuro.

Algo que tomé nota ahorita que hablaban los señores magistrados y que es algo que sin duda choca a nuestra mentalidad actual pero que hace 200 años era común, las castas. Cuando hablaban de alguien hablaban de la casta a la que pertenecían, mestizo, criollo, europeo, eso es algo indigno, el anhelo de libertad y de independencia supo hacer a un lado las castas y supo unificarlos a los mexicanos de aquel entonces en un ideal superior.

Que el desarrollo que buscamos en nuestra Patria nos permita hacer a un lado nuestras diferencias, es algo que tenemos que conquistar haciendo memoria y honrando a nuestros héroes. Celebrar una fecha, reconocer personalidades también nos compromete, no podemos reconocer en la gente alguna virtud y nosotros no comprometernos a imitar esa virtud. No puede ser esto un reconocimiento teórico de grandes jaliscienses y mexicanos sino nos comprometemos a seguir el camino que ellos no han marcado.

Nos toca por lo tanto, a los jaliscienses de hoy a ustedes y a mí, mantener el ideal y trabajar en el día a día para avanzar en su consecución.

Que estos festejos, que estas celebraciones nos ayuden a todos a recargarnos de entusiasmo y de energía para segur trabajando para hacer de nuestro Jalisco y de nuestro México, un espacio más libre, más justo, de desarrollo en donde todos podamos vivir en paz.

Felicidades.

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