jueves, 11 de agosto de 2011

Padres de familia, primeros responsables de la formación de sus hijos

· Los profesores sólo deben ayudar, guiar y orientar a los estudiantes en la utilización de los valores para que actúen como ciudadanos responsables

Los padres o tutores de los alumnos, son los primeros responsables de la formación de los futuros ciudadanos; y el docente, sólo tiene que ser un apoyo para su educación, aseguró la Asesora Técnica Pedagógica (ATP) de la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ), Claudia Elisa Quiroz Barón.

Señaló que los profesores sólo deben ayudar, guiar y orientar a los estudiantes en la utilización de los valores para que actúen, como ciudadanos responsables ya que, el desarrollo de la conciencia social, empieza cerca de los dos años, por simple curiosidad.

“Ya en la etapa de la escuela, para combatir la violencia en el aula, los maestros debemos observar cómo interactúan los alumnos, a quién imitan, los gestos que hacen, si juegan con el celular, qué música escuchan, qué videos guardan en sus computadoras o en sus teléfonos, cuáles son sus gustos en vestimenta, cómo se conducen en el aula; entre otras cosas”, dijo.

Explicó que si los adultos comprenden los códigos que los estudiantes tienen al comunicarse, se les puede entender de mejor manera dado que, su comportamiento dentro de las aulas, depende de lo que los pequeños viven, fuera del plantel escolar.

Por ello, para poder saber si su formación es la adecuada, es necesario según Quiroz Barón: “Saber por ejemplo si trabajan, pelean, sus reacciones cuando se les llama la atención, si escuchan a sus mayores, si siguen instrucciones y si retan a quien le corrige. También es importante observar cómo son sus juegos, si estos son agresivos, si simulan manejar pistolas, si golpean a los compañeros o figuran que los matan”.

La asesora mencionó que los chicos viven a diario contextos de distintas índoles, dentro de los cuales, son actores de experiencias que dan particularidad a su cultura familiar, estado emocional y por ende, a su personalidad.

Como ejemplo citó que en el común de los hogares, coexisten y conviven con un aparato que además de acercar el conocimiento lejano y mundial, envía señales por medio de distintos formatos: la televisión.

“Según sea el canal, la hora del día y hasta si se tiene acceso a televisión de paga, será la información que el espectador recibirá y aplicará en su vida diaria, sin pensarlo” afirmó.

Y es que la televisión emite grandes dosis de música, imágenes y patrones de conducta que reproduce a través de noticieros, videos musicales, telenovelas, caricaturas, películas, entre otros programas que están cargados de violencia, muerte, prepotencia, ambición, traición y venganza; estereotipos que bien estudiados, podrían considerarse antivalores que se filtran, en las acciones de las personas y consecuentemente, en la convivencia de los distintos participantes del hogar ya sea dentro o fuera de el.

Otra de las maneras en las que los niños aprenden es mediante la imitación; esto es, el niño adquiere nuevas conductas mediante la observación de los adultos y la reproducción de sus acciones, por lo tanto “podemos entender que los chicos en sus juegos quieran participar ejerciendo roles de poder, de prepotencia y manejando instrumentos de destrucción, engaño, trampas, corrupción o aplicando la ley del más fuerte” añadió la experta.

Por ello, entre algunas de las recomendaciones que Quiroz Barón mencionó para que los infantes crezcan en un entorno sano, es importante que el menor desarrolle una actividad encomendada, para no dar cabida a los momentos de ocio que generen conductas negativas o sin propósitos para su vida, actual y futura.

“Si bien es cierto que el horario de clases es de cuatro y media a cinco horas en que el docente convive con los niños, el resto del día lo comparten con sus familiares y en otros casos con amigos (en la calle). Es entonces responsabilidad de los padres o tutores de éstos el educar, el llevar a cabo la construcción de la personalidad y la conducta, que comienza desde los primeros años de vida del ser humano” comentó.

La ATP concluyó señalando que lejos debe buscarse un culpable o responsable de la falta de armonía social, deberían tanto padres de familia como maestros tomar conciencia de lo que a cada uno le corresponde hacer para mejorar el entorno y que así, los niños crezcan en un ambiente sano, que les dé oportunidad de vivir mejor, plenos y con oportunidades para su crecimiento.

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