Muy agradecido por esta oportunidad de poder platicar con ustedes en una fecha tan emblemática, la entrega de un libro de nuestra Ciudad, a un día de que cumpla Guadalajara 470 años de haber sido fundada.
Lo importante de una ciudad son sus personas, somos las personas, no es solamente el espacio urbano, somos las personas; las relaciones que construimos los que vivimos en comunidad; lo que creemos que somos, lo que hacemos.
Guadalajara tiene un, sin duda una gran tradición, todos estamos orgullosos del pasado de nuestra Ciudad, y sin embargo, no somos, o no debemos ser solamente los herederos de una gran patrimonio cultural, histórico, humano, sino que debemos ser constructores del presente, constructores del futuro.
Un libro como este nos debe llevar a la reflexión de lo que han hecho otros, para descubrir lo que nos toca hacer a nosotros. No sólo es mover al orgullo sino mover a la acción del día de hoy. Una ciudad y más una ciudad tan hermosa como la nuestra no es un museo que hay que preservar, es un jardín que hay que regar; no es solamente pasado, sino que es anclaje en el pasado para construcción de este futuro, no es sólo orgullo, es también realidad presente y el compromiso de los que tuvimos la oportunidad de reflexionar a la luz de estas charlas y por su puesto a la luz de lo que habremos de descubrir en este libro.
Y la gran pregunta es, ¿cómo hacer nuestra ciudad más humana?, la pregunta no es solamente en el tema de los cómos, cómo resolver las grandes problemáticas que hay en nuestra ciudad, sino enfocarnos en la esencia, si lo importante de la ciudad somos las personas humanas, entonces la pregunta es cómo hacer nuestra ciudad más humana, sustentable.
Muchas cosas son lo que dicen los expertos que tenemos que aportar, y bueno pues evidentemente las ciudades se fundaban dónde había agua y Guadalajara no fue la excepción, y este primer tema para que una ciudad sea sustentable cobra actualidad en los años recientes, en dónde por irresponsabilidad social ante el cambio climático padecemos circunstancias climatológicas que no teníamos, y el agua vuelve a ser un tema de actualidad, no sólo en la Región Altos Norte, no sólo en la Región Norte, sino también en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Si bien, a todos en nuestra generación nos corresponde aportar algo, y sí creo que esta generación se distingue junto con, pues probablemente déjenme decirlo así, con aquellas que fundaron nuestra Ciudad, porque esta generación, la nuestra, está haciendo posible algo por primera vez en nuestra Ciudad. Hay cosas que cambian con la tecnología, con la ciencia, con el devenir de los años; la movilidad de nuestra ciudad siempre ha sido un tema, por ello el ensanchamiento en su momento de 16 de Septiembre-Alcalde, de Juárez-Vallarta, el movimiento de la telefónica por parte del ingeniero Matute Remus.
La movilidad siempre ha sido un tema, ha cambiado la tecnología y pues cambian las alternativas, se amplían las posibilidades que hay. Avanza la ciencia y hay posibilidad de además del comercio dedicarnos a otras cosas; cambia la tecnología y la comunicación pero sin duda se ve influenciada. Esto podríamos decir son cosas que ha hecho el tapatío siempre, con la tecnología del momento, pero hay algo nuevo de esta generación que sí es un aporte histórico a Guadalajara, nunca se había tratado el agua de nuestra Ciudad, 470 años después empezamos a hacerlo. Ya habíamos hecho obras para el abasto de la ciudad; ya se habían construido aquellas maravillosas galerías que nos asombran cuando las descubrimos desde la caja del agua; ya había grandes obras de ingeniería para traer agua a nuestra Ciudad; ya había obras para traer energía; para generar empleo, de acuerdo a la tecnología y a las circunstancias, lo que nunca habíamos hecho es limpiar el agua que ensuciamos. Este sí es un momento de aportación histórica de esta generación para con nuestra Ciudad.
Sin duda mucho que rescatar de lo que es nuestra Ciudad, y muchas cosas que debemos hacer para mejorar la relación, la convivencia, la calidad de vida, poniendo a la persona humana en el centro de nuestra ciudad.
Yo me quedo con una idea, que este libro nos mueva a algo, dice Miguel, a conocer nuestra Ciudad, porque conociéndola podemos quererla; queriéndola podemos cuidarla; y cuidarla no es solamente no destruir su belleza arquitectónica o paisajista, sino cuidarla las personas que conformamos esta Ciudad.
Este libro no puede, no debe ser en su lectura un acto de egoísmo, de saber más de Guadalajara, de poder hablar más de Guadalajara, no es el propósito de los que hemos aportado un grano de arena. El propósito de este libro es la acción, entendiendo que sí Guadalajara es grandiosa no se nos ha entregado para ser un simple administrador de esa herencia, sino para que entendiendo lo que recibimos, podamos ser parte de los que construyen una mejor ciudad para la gente.
Felicidades a la Cámara de Comercio por este esfuerzo editorial, y a don Miguel Alfaro, por toda esta gestión al frente de la Cámara, muy en especial por empujar la edición de libros que nos llevan a la reflexión.
En hora buena.
Lo importante de una ciudad son sus personas, somos las personas, no es solamente el espacio urbano, somos las personas; las relaciones que construimos los que vivimos en comunidad; lo que creemos que somos, lo que hacemos.
Guadalajara tiene un, sin duda una gran tradición, todos estamos orgullosos del pasado de nuestra Ciudad, y sin embargo, no somos, o no debemos ser solamente los herederos de una gran patrimonio cultural, histórico, humano, sino que debemos ser constructores del presente, constructores del futuro.
Un libro como este nos debe llevar a la reflexión de lo que han hecho otros, para descubrir lo que nos toca hacer a nosotros. No sólo es mover al orgullo sino mover a la acción del día de hoy. Una ciudad y más una ciudad tan hermosa como la nuestra no es un museo que hay que preservar, es un jardín que hay que regar; no es solamente pasado, sino que es anclaje en el pasado para construcción de este futuro, no es sólo orgullo, es también realidad presente y el compromiso de los que tuvimos la oportunidad de reflexionar a la luz de estas charlas y por su puesto a la luz de lo que habremos de descubrir en este libro.
Y la gran pregunta es, ¿cómo hacer nuestra ciudad más humana?, la pregunta no es solamente en el tema de los cómos, cómo resolver las grandes problemáticas que hay en nuestra ciudad, sino enfocarnos en la esencia, si lo importante de la ciudad somos las personas humanas, entonces la pregunta es cómo hacer nuestra ciudad más humana, sustentable.
Muchas cosas son lo que dicen los expertos que tenemos que aportar, y bueno pues evidentemente las ciudades se fundaban dónde había agua y Guadalajara no fue la excepción, y este primer tema para que una ciudad sea sustentable cobra actualidad en los años recientes, en dónde por irresponsabilidad social ante el cambio climático padecemos circunstancias climatológicas que no teníamos, y el agua vuelve a ser un tema de actualidad, no sólo en la Región Altos Norte, no sólo en la Región Norte, sino también en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Si bien, a todos en nuestra generación nos corresponde aportar algo, y sí creo que esta generación se distingue junto con, pues probablemente déjenme decirlo así, con aquellas que fundaron nuestra Ciudad, porque esta generación, la nuestra, está haciendo posible algo por primera vez en nuestra Ciudad. Hay cosas que cambian con la tecnología, con la ciencia, con el devenir de los años; la movilidad de nuestra ciudad siempre ha sido un tema, por ello el ensanchamiento en su momento de 16 de Septiembre-Alcalde, de Juárez-Vallarta, el movimiento de la telefónica por parte del ingeniero Matute Remus.
La movilidad siempre ha sido un tema, ha cambiado la tecnología y pues cambian las alternativas, se amplían las posibilidades que hay. Avanza la ciencia y hay posibilidad de además del comercio dedicarnos a otras cosas; cambia la tecnología y la comunicación pero sin duda se ve influenciada. Esto podríamos decir son cosas que ha hecho el tapatío siempre, con la tecnología del momento, pero hay algo nuevo de esta generación que sí es un aporte histórico a Guadalajara, nunca se había tratado el agua de nuestra Ciudad, 470 años después empezamos a hacerlo. Ya habíamos hecho obras para el abasto de la ciudad; ya se habían construido aquellas maravillosas galerías que nos asombran cuando las descubrimos desde la caja del agua; ya había grandes obras de ingeniería para traer agua a nuestra Ciudad; ya había obras para traer energía; para generar empleo, de acuerdo a la tecnología y a las circunstancias, lo que nunca habíamos hecho es limpiar el agua que ensuciamos. Este sí es un momento de aportación histórica de esta generación para con nuestra Ciudad.
Sin duda mucho que rescatar de lo que es nuestra Ciudad, y muchas cosas que debemos hacer para mejorar la relación, la convivencia, la calidad de vida, poniendo a la persona humana en el centro de nuestra ciudad.
Yo me quedo con una idea, que este libro nos mueva a algo, dice Miguel, a conocer nuestra Ciudad, porque conociéndola podemos quererla; queriéndola podemos cuidarla; y cuidarla no es solamente no destruir su belleza arquitectónica o paisajista, sino cuidarla las personas que conformamos esta Ciudad.
Este libro no puede, no debe ser en su lectura un acto de egoísmo, de saber más de Guadalajara, de poder hablar más de Guadalajara, no es el propósito de los que hemos aportado un grano de arena. El propósito de este libro es la acción, entendiendo que sí Guadalajara es grandiosa no se nos ha entregado para ser un simple administrador de esa herencia, sino para que entendiendo lo que recibimos, podamos ser parte de los que construyen una mejor ciudad para la gente.
Felicidades a la Cámara de Comercio por este esfuerzo editorial, y a don Miguel Alfaro, por toda esta gestión al frente de la Cámara, muy en especial por empujar la edición de libros que nos llevan a la reflexión.
En hora buena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario